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Venta de semillas de marihuana

Artículo publicado en el diario El Pueblo de Albacete - 13 junio 2007 - María del Carmen Vasco Mogorrón

   Internet es un monstruo. Es una auténtica revolución, que ha cambiado por completo nuestra existencia. Estamos empezando a hacerlo todo por Internet. No dominar esta herramienta significa estar prácticamente viviendo en otro planeta. El ser humano ha conseguido comunicar a todo el globo con un solo toque de tecla.

   Navegando por la red podemos encontrar millones de cosas, entre ellas los grow shops, tiendas virtuales y hasta físicas, donde podemos encontrar todo tipo de semillas de marihuana, cañamones, y cualquier utensilio o accesorio que sirva para el cultivo interior del cannabis. Desde fertilizantes, hasta lámparas especiales que aceleran el crecimiento, insecticidas, para combatir las plagas, y productos químicos que reducen o mitigan el fuerte olor que desprende la marihuana. Acceder a todo este arsenal es tan sencillo como introducirse en la página, pagar y meterlo en el carrito de la compra.

   Ahora sólo queda esperar a que las autoridades competentes muevan ficha y se pronuncien sobre si esta práctica es o no delictiva. Todo el mundo conoce de su existencia, pero todavía nadie ha tomado la iniciativa. Y es que precisar si la venta de semillas de marihuana, así como el instrumental para su cultivo, es o no delictivo, es el quid de la cuestión.

   El cultivo de drogas tóxicas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas está penado en España. Da igual si lo que se cultive se destinará en un futuro al autoconsumo o no. Lo cierto y verdad es que, aunque se plante marihuana con fines de consumo propio, la mayoría de los Juzgados consideran esa práctica delictiva. No importa de qué tipo de droga estemos hablando. Consumir no es delito, pero cultivar sí lo es y así lo afirma categóricamente el Código Penal.

   De esta premisa podemos sacar una primera conclusión. Las personas que compran semillas de cannabis, para cultivarlas en su casa, se arriesgan a ser acusados de un delito contra la salud pública.

   Y podrían ustedes tener la suerte de caer en algún Juzgado que siga la corriente minoritaria de la judicatura, en virtud de la cual, si el cultivo es para autoconsumo está despenalizado; pero también podrían tener la mala, mucho más probable, de que les toque un Juzgado que siga la corriente mayoritaria de los jueces, que consideran que esto es delito, independientemente de la cantidad cultivada y del destino que se le quiera dar al cultivo, pues con este tipo de comportamientos es indudable que se está poniendo en peligro la salud pública.

   Aclarado el punto de que si nos pescan en nuestra casa un verdoso cultivo de marihuana tenemos muchas probabilidades de que nos metan un buen puro, conviene dar otra vuelta de tuerca. ¿Y la venta de semillas de marihuana es delito o no? Es decir, las personas que tienen abiertos al público este tipo de establecimientos ¿Podrían correr el peligro que un buen día los agentes de la autoridad los conduzcan a los calabozos de la Comisaría de Policía?

   La opinión del delegado del Plan Nacional sobre Drogas parece ser concluyente al respecto. El Código Penal no sólo castiga al que trafique o cultive, sino también al que, de cualquier otro modo, promueva, favorezca o facilite el consumo ilegal de las drogas, marihuana incluida. Y, sin duda, parece que tener una tienda que vende semillas y otros utensilios para el consumo encaja sin grandes esfuerzos en estas expresiones.

   Por el contrario, los vendedores defienden que las semillas de la marihuana, los cañamones, no tienen el TCH, que es el principio activo de la marihuana, y el que compra estas semillas no necesariamente lo hace para plantarlas, pues también se pueden comer, están muy buenas y no colocan. Lo único que sería delito entonces es vender directamente la planta de María.

   Lo cierto y verdad es que nos puede parecer un absurdo prohibir la venta de una semilla, pero hay que tener en cuenta la opinión del delegado del Plan Nacional de Drogas, que tampoco me parece una extravagancia, pues si bien, en base a lo anterior, podemos considerar que la venta de semillas no es delito, ¿La venta de los utensilios y accesorios para el cultivo lo es o no lo es?

   Y aunque nos pueda parecer un absurdo cerrar estas tiendas, que están públicamente aceptadas, por ejemplo, en Madrid, el ciudadano tiene un derecho a vivir seguro y no estar a la eterna expectativa de si su local es legal o no. ¿Convendría entonces modificar el Código Penal y adecuarlo a los nuevos tiempos? Hacer la vista gorda no es la solución a ningún problema social. Si lo que tenemos legislado no nos sirve, habrá que cambiarlo.

   En cualquier caso, como ven, el asunto es puntiaguado. Habrá que esperar la opinión de los jueces.

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