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Virus para móviles

Artículo publicado en el diario El Pueblo de Albacete - 27 junio 2007 - María del Carmen Vasco Mogorrón

   Todo el mundo que se compra un ordenador y lo va a conectar a Internet lo primero que hace es hacerse con un buen antivirus. En cambio, en materia de telefonía móvil hay una falta total de concienciación en todo lo relativo a su seguridad. Consecuencia de ello es que algún día nos podemos encontrar con alguna visita desagradable, como la del Cabir o el CommWarrior, el Skulls o el Metal Gear.

   Mientras que todos sabemos lo que es un virus informático, dominamos algunas marcas de antivirus que pululan por el mercado y tenemos sumo cuidado en abrir archivos adjuntos que nos llegan a nuestro correo electrónico procedentes de direcciones desconocidas, casi nadie sabe lo que es un archivo .SIS o que sus móviles podrían estar infectados o podrían infectarse al abrir un archivo que nos llega a través del bluetooth o de un MMS. A decir verdad, muy poca gente que porta en sus móviles un gusano, son conscientes de que lo tienen o qué consecuencias podría acarrearle portarlos, así sin más. Lo cierto y verdad es que con las nuevas tecnologías surgen nuevas formas de delinquir y ya contamos en España con el primer detenido causante de la infección de 115.000 móviles y con perjuicios millonarios, tanto para los usuarios como para las compañías de teléfono. Se trata de un valenciano de 28 años y, presuntamente, podría haber expandido el virus Cabir y CommWarrior, que se expande desde un móvil por medio de la tecnología bluetooth a otros terminales.

   El modus operandi o modo de proceder será el siguiente: de un teléfono infectado partirían mensajes multimedia a todos los destinatarios que consten tanto en la memoria del móvil, como en la agenda, y en la lista de llamadas y mensajes, así como a todos los móviles que estuvieran en las cercanías a un radio de unos diez metros y tuvieran conectado el sistema de transmisión bluetooth.

   Los mensajes enviados se camuflarían bajo la apariencia de tonos de llamada, noticias o incluso antivirus para teléfonos móviles. El Cabir sólo se propaga por la tecnología bluetooth y ya estaría extendido en veinte países. El segundo de ellos, el CommWarrior, se puede propagar como el anterior y además vía mensaje MMS.

   Siete meses ha estado la Policía detrás de quién pudiera ser el responsable de estos hechos, en una operación a la que se la ha bautizado con el nombre de Operación Leslie, porque así se llamaría la novia del detenido; aunque no entiendo muy bien por qué se le da el nombre de la novia y no el de su creador, haciéndole merecedor de su hazaña, y no metiendo por medio el nombre de una persona que nada tiene que ver con los hechos.

   El Cabir no es otra cosa que un gusano malicioso que se propaga en ciertos terminales móviles, entre los que encuentran los fabricados por las casas Nokia, Siemens, Sony Ericsson y Samsung, entre otros. Es un virus que se ha diseñado para que se propague de un modo no masivo, dado que sólo se trata de una prueba de concepto, que serviría de pistoletazo de salida, para posteriormente introducir nuevos virus más perfectos, más dañinos y con una capacidad de multiplicación mucho más peligrosa.

   Es un archivo que nos entra en nuestro móvil con el nombre de Caribe.sis, el cual, una vez que el usuario acepta la transmisión, se instala en nuestro dispositivo y sigue propagándose desde allí, si no lo eliminamos. Aparte de dejarnos un mensajito en la pantalla de nuestro móvil, nos acortaría sensiblemente el tiempo de operación de la batería del teléfono.

   El virus CommWarrior es mucho más peligroso para el bolsillo, dado que no sólo se puede transmitir por tecnología bluetooth, sino también por mensaje MMS, el cual nos puede costar alrededor de unos 1,5 euros el mensajito. Suelle llegar como un mensaje de texto, invitándonos a abrir un fichero adjunto que, al parecer, contendría juegos, tonos, antivirus, etc. Una vez que el virus ha conseguido penetrar en nuestro dispositivo móvil, comienza a propagarse a todos nuestros contactos que figuren en la agenda del teléfono operando un reenvío masivo. La consecuencia de ello es que, aparte de todo, la factura del teléfono nos puede tirar de espaldas.

   Este virus, a diferencia del anterior, no nos deja ningún mensajito en la pantalla, a modo de logo, por lo que no nos podría resultar bastante complicado percatarnos de su existencia. De modo que cuando nos llegara la factura del teléfono, dado que se podrían haber enviado cientos de mensajes MMS, podría darnos directamente un patatús.

   Se impone, por tanto, suma precaución a la hora de aceptar archivos o abrir mensajes en nuestros teléfonos, pues éste pudiera ser el principio de una grave epidemia telefónica.

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